Hemos estado esperando todo el verano a por una racha de viento, de ese viento que en Asturias suele ser denominador común y que solo sirve para secar bien la ropa y volar cometas.
Hablando de estos artilugios inventados por los chinos, hace unos 4 meses comprado una y tras haber intentado volar la cometita hasta en el pasillo de casa, no ha habido manera, puesto que el viento no aparecía.
Hoy sí, hoy había cometas por todos los espacios aéreos del parque y allá fuimos, los tres cachondos voladores.
«Vamos papá, arriba, arriba…» Gritaba mi hijo
«Vamos Javi, no tires tanto» Gritaba mi esposa
«Vamos, por Dios bendito» Pensaba yo.
Miro a mi alrededor y deo desde un chico haciendo círculos con su cometa, hasta una chica volando una comenta sentada mientras habla con su novio… y más allá una niña (NIÑA) volando casi una servilleta de papel amarrada con un hilito y con un leve «chis, chis, chis» de muñeca allá que volaba la cometa a pocos metros de ella.
«Vamos papá, arriba, arriba…» Gritaba mi hijo
«Vamos Javi, no tires tanto» Gritaba mi esposa
«Vamos, por Dios bendito» Pensaba yo.
Me agacho la decimocuarta vez para recoger la cometa y en un alarde de boina verde arranco un trozo de césped y lo tiro al viento, «Claro, estamos tirándola al revés» pienso.
Nos damos la vuelta y lo intentamos de nuevo
«Vamos papá, arriba, arriba…» Gritaba mi hijo
«Vamos Javi, no tires tanto» Gritaba mi esposa
«Vamos, por Dios bendito» Pensaba yo.
Guillermo se aleja de la zona 0 de impacto debido a lo cerca que le ha caído la cometa en picado las últimas 4 veces y se dedica a una extraña mezcla de llorar por un «déjame a mi que tu no sabes» y «paso de vosotros que me voy a jugar con la pelota»
«Vamos papá, columpios, columpios» Gritaba mi hijo
«Vamos Javi, no tires tanto» Gritaba mi esposa
«Vamos, por Dios bendito que se desintegre ya la cometa la próxima vez que impacte contra el suelo» Pensaba yo.
No, no es fácil volar una cometa, os lo digo yo.